Autoridades chinas queman Biblias y materiales cristianos incautados en iglesias
Los gobiernos provinciales y municipales intensifican las medidas para incautar y quemar las publicaciones cristianas que no tengan la aprobación de las autoridades comunistas.
Recientemente un consejo estatal de cristianos de la provincia de Jiangxi emitió un aviso sobre las regulaciones adicionales para la gestión de publicaciones cristianas en toda la provincia.
El documento exige investigar la fuente de todos los materiales, incluidos libros, álbumes de imágenes, periódicos, productos audiovisuales e incluso textos impresos por las iglesias.
El aviso aclara además que solo las publicaciones emitidas por los dos consejos cristianos chinos y que tienen la aprobación previa de los miembros del Partido Comunista, se consideran legales, lo que requiere que los líderes religiosos impongan control sobre sus canales de distribución impresos.
Los materiales publicados por las iglesias para uso interno deben imprimirse únicamente con el permiso de las instituciones provinciales a cargo de asuntos y publicaciones religiosas. Su distribución está limitada a una cantidad predeterminada de personas.
Los líderes religiosos chinos dicen que algunos gobiernos locales han impuesto medidas aún más estrictas para controlar los materiales religiosos. Los funcionarios del condado de Jiangxi incluso confiscaron todos los libros en una iglesia, excepto las Biblias y los himnarios publicados por los dos consejos cristianos chinos. Afirmaron que los libros «fueron publicados por editores no autorizados».
Según Bitter Winter, que se especializa en noticias sobre persecución religiosa en China, algunos miembros de la congregación incluso pidieron a los oficiales que les permitieran conservar los libros, pero confiscaron el material para ser quemado con el fin de evitar que más personas lo leyeran.
En Zhanggong, la capital de la provincia de Jiangxi, los funcionarios del gobierno inspeccionaron todas las publicaciones en una iglesia local y declararon que solo las Biblias y los himnarios autorizados por los consejos establecidos por el gobierno comunista podían permanecer en posesión de los religiosos. Ningún otro material impreso, ni siquiera libros para niños, podía permanecer en su lugar, bajo la amenaza de que la iglesia fuera cerrada.
Medidas similares también se están implementando en otras regiones y recibieron apoyo de las autoridades de varias ciudades, quienes dicen que el objetivo es erradicar las publicaciones ilegales, señalando que todos los libros religiosos no autorizados deben ser quemados.